jueves, 26 de marzo de 2009

The way we were



Sydney Pollack dirigió a Robert Redford y a Barbra Streisand en 1973, en un film conmovedor, que, sin abandonar del todo los tintes sensibloides que caracterizan los dramas románticos de Pollack (vease Memorias de África), llega al corazón cargado de una serie de valores que le imprimen una cercanía atractiva por reconocible, intrinseca al mundo real, y, en muchos casos, identificable con la propia experiencia del espectador.
Fugaces momentos de felicidad, de pasión, de cariño; necesidad y admiración por la persona amada, por encima incluso de la propia coherencia; ilusión y esperanza por superar las incompatibilidades... desengaños y traiciones que no son sino el reflejo de nuestras propias contradicciones, que permanenecen latentes en toda relación, arrinconadas porque el amor es ciego, sordo y torpe, pero que el tiempo y la convivencia siempre se encargan en sacar a la luz.
Un servidor lo aprendió por la vía mártir.
Hubbell Gardiner y Katie Morowski son dos personajes con muy diferente caracter. Él, típico joven estudiante americano, talentoso, popular, guapo y ganador; todo un aspirante a engrosar la juventud burguesa americana de finales de los años treinta, que intentaba olvidar los años negros de la depresión vivida por sus padres, amparados por la recuperación económica y el ambiente progresista proporcionado por la administración Roosevelt. Katie también es heredera de aquellos tiempos, pero en su caso se ha generado un compromiso político y social, una mujer pragmatica, acostumbrada a llamar a las cosas por su nombre.
No puedo dejar de reseñar la breve pero emotiva referencia que, en un momento dado, hace Katie a la guerra civil española y el llamamiento de ayuda a favor de la República. Algo totalmente inaudito en una peli americana.
Y es ese antagonismo, precisamente, el que los convierte en amantes; la fascinación por lo que cada uno representa: la coherencia personal y el compromiso de Katie y las ansias de vivir de Hubbell... y lo que convertirá su amor, pese a todo, en un imposible.
Marvin Hamlisch el compositor de "The way we were", ganó el oscar a la mejor banda sonora original, interpretada y convertida por la propia Streisand en uno de los temas más emotivos y reconocibles de la historia del cine.
No soy muy dado a este genero del drama romántico, pero hoy la astenia primaveral me ha podido. Eso y el recuerdo de dos amores que por intensos, se volvieron imposibles. Este post está dedicado a ellas.

Feliz primavera, hermétic@s



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